La historia de las salsas Choví está ligada a la innovación. Con más de 50 años a sus espaldas ha sabido hacer una fuerte apuesta por la investigación y el I+D+i para elaborar productos de inigualable calidad. Entre ellos se encuentra su alioli y la ajonesa, con las que han llegado a lo más alto.

Comenzaron siendo una pequeña tienda de ultramarinos ubicada en Benifaió (Valencia), donde vendían bacalao congelado. Las largas colas que se formaban fueron un acicate para que decidieran aprovecharlas y vender albóndigas con salsa alioli, elaborada por ellos de forma artesanal. Llegó un momento en el que su salsa tuvo tanto éxito que decidieron cerrar la tienda y comenzar a fabricarla en un local de 50 metros cuadrados y con una rudimentaria batidora diseñada por ellos.
La empresa comenzó a crecer, por lo que decidieron ampliar su mercado con nuevas salsas, pero no fue hasta finales de los 90 cuando marcaron un antes y un después, con la introducción de un envase en forma de mortero, que se ha convertido en su seña de identidad.  
En la actualidad es una compañía moderna y profesionalizada, que gestiona la segunda generación de la familia Choví Navarro. En 2012 lanzaron la 5ª gama de referencias, un producto con el que se quieren posicionar como fabricantes de platos preparados y refrigerados de alta calidad en su fábrica de Mendavia (Navarra). 

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