Tres generaciones han cimentado Bodegas Salvueros desde que, en 1930, el abuelo de Raúl y Rafael, hoy propietarios de la bodega, comenzase la elaboración, crianza y comercialización de vinos en Mucientes. Tras él, su padre, Marcos Gómez, les enseñó que la materia prima es lo más importante. Por eso, desde siempre, en Bodega Salvueros se han dedicado muchos esfuerzos al cuidado de la viña.

La experiencia familiar se alía con las últimas innovaciones tecnológicas. Esmero, cuidado y dedicación de las viñas, muchas de ellas centenarias, están detrás de los procesos tradicionales a lo largo de todo el ciclo del vino. Las prácticas de cultivo, que permiten conservar los recursos naturales y el medio ambiente, favorecen la flora, la fauna y la calidad de los suelos, posiblemente el ingrediente secreto de sus vinos.

Toda la uva que llega a la bodega es de una altísima calidad. La vendimia se realiza a mano y la selección de racimos se establece en la propia viña. Las uvas que no han madurado correctamente se desechan. Gracias a una prensa neumática se extrae el zumo de la uva con el máximo cuidado y, una vez en los depósitos de acero inoxidable, los sistemas de control de temperatura garantizar una óptima fermentación. Para elaborar los rosados utilizan un 80% de tempranillo y 20% de verdejo y albillo.

El 80% de sus viñas tienen más de 75 años. Muchas plantas, incluso, alcanzan el siglo de vida. Las viñas propias se reparten en diversos pagos de la D.O. Cigales, por lo que cada una tiene características y matices del terruño diferentes con los que desarrollar los diferentes vinos de Salvueros. Además, esta dispersión es una gran ventaja para mantener la personalidad de cada vino y una salvaguarda ante posibles condiciones climatológicas adversas.

El tipo de suelo, cubierto por canto rodado, permite una maduración excelente y homogénea de la uva ya que por el día absorbe el calor y, por la noche, lo desprende poco a poco. Este ciclo potencia la maduración de los racimos durante su ciclo vegetativo. La capa del subsuelo puede ser caliza o arcillosa y mantienen un grado de humedad constante que permite a la cepa desarrollarse en todo su esplendor.

Sus Rosados

Salvueros Rosado, de la Denominación de Origen Cigales, empieza en viñedos de más de 60 años de antigüedad. Con un color rojo frambuesa, recuerda al color de una piruleta. Pleno de aroma, su juventud muestra notas de fruta fresca, madura, recordándonos las frutas rojas carnosas como fresas, frambuesas, etc. y con matices cítricos que, con el paso del tiempo, mostrarán toda la complejidad de la variedad tempranillo.

Al paladar es muy afrutado y fresco, tiene una acidez moderada con ligeras notas cítricas que invita a seguir bebiendo y despliega una carnosidad al final de la boca que hace que este sea un vino amplio, largo y bien estructurado ya desde su juventud.

Premios y Reconocimientos: Medallas de Oro: Concurso Internacional de Rosados en Cannes 2012, 2015, 2016; Concurso Internacional de Vinos 2015; Bacchus de Oro en el Concurso Internacional de Vinos 2015; Medalla de Oro en el Concurso Mundial de Bruselas 2010; Medalla de Oro en el Concurso Nacional de radio Turismo 2007. Medallas de Plata: Bacchus de Plata en el Concurso Internacional de Vinos 2016; Medalla de Plata en el Concurso Internacional Cinve Ediciones de 2012, 2013, 2014; Medalla de Plata en el Concurso Mundial de Bruselas 2012; Medalla de Plata en el Concurso Internacional de Terravino 2011; Medalla de Plata en el Concurso Iberwine de Madrid 2009; Zarcillo de Plata en el Concurso Interncional de Vino 2009; Bacchus de Plata en el Concurso Internacional de Vinos Ediciones de 2006 y 2008.

Salvueros Garnacha Gris, con Denominación de Origen Cigales, procede de racimos seleccionados cuidadosamente de nuestros viñedos propios en el año 1933 de la variedad Garnacha Gris, plantados en el Pago de los Mimbreros (Mucientes), sobre terreno arcilloso.

Tiene un conjunto visual de gran viveza, con mucho brillo y luminosidad, con un aroma agradable e intenso a frutos rojos silvestres sutilmente combinado con notas cítricas. También encontramos aromas florales y tropicales.

Ágil en el paladar, de entrada suave, es un vino fino y delicado que se bebe bien. La combinación de carbónico, que picotea alegremente en la punta de la lengua y de la acidez que proporciona sensaciones de frescor, otorga al vino un carácter muy marcado en el inicio de la boca. En el retrogusto aparecen notas cítricas muy nítidas.


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