Estrella Galicia vuelve a sorprender, y lo hace con una edición especial de cerveza dentro de su línea de productos de temporada, en este caso, con el fruto de la zarza que invade los bosques y praderas en esta época del año: la mora.

Se han puesto en la calle aproximadamente 20.000 litros de esta edición inspirada en el estilo Berliner Weisse, de menor graduación alcohólica (3,8-4º) y mayor carbonatación, lo que da lugar a cervezas muy refrescantes. Un estilo de cerveza se caracteriza por añadir un concentrado de frutas en su elaboración, para rebajar su acidez. La de moras pretende ofrecer este efecto de concentrado por producto natural directamente desde el proceso de maduración de la cerveza, donde se añaden las moras, que se incorporan en el inicio de maduración, mientras que el zumo se añade al final de la maduración.

Luis Alvar, maestro cervecero de Estrella Galicia, incide en el carácter innovador y valiente de esta nueva edición especial que ha elegido uno de los frutos rojos más común en esta estación, las moras, para elaborar esta cerveza de un estilo totalmente distinto a las anteriores. En este sentido, señala que “la receta ha dado un giro a la tradicional elaboración de una Berliner Weisse para adaptarla tanto a la elección de las moras como valor diferencial, como a la identidad cervecera de Estrella Galicia, dando lugar a un producto redondo y muy original que creemos que puede sorprender a nuestros consumidores”.

El resultado es una cerveza suave, fresca, ácida y sin filtrar, con la turbidez y espuma densa que presentan las recetas que incorporan trigo en su receta, y en la que la mora aporta un color rosado muy característico.

Notas de cata
En su fase visual es una cerveza sin filtrar con una turbidez y una espuma densa que presentan las cervezas que incorporan trigo en su receta y en la que la mora aporta un color rosado que recuerda a la pulpa del pomelo.

En nariz, el aroma nos lleva al mundo de los frutos rojos, que en combinación con notas lácticas nos recuerda a uno de los postres más populares de nuestra infancia: los petit suisse.

Ya en boca encontramos un gran equilibrio entre los sabores dulces de las maltas y la acidez que aportan las moras, el ácido láctico y la malta acidulada. Con cuerpo medio y una carbonatación que refuerza las sensaciones refrescantes.

El maridaje perfecto de esta cerveza llega con los quesos frescos de pasta blanda y de sabores lácticos; las carnes de ave con cierta grasa para que la acidez de esta cerveza ayude a limpiar el paladar después de cada trago; y los postres con chocolate, ya sea blanco, negro o con leche. Como ideas: pruébala con una tarta selva negra con moras o con tarta de queso.


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