Morcillas Tere sabe lo que se hace. Y lo demuestra su tercera generación familiar, especializada en fabricarlo en Quintanilla Vivar (Burgos), cuna de este producto. Ellos se encargan de respetar las recetas tradicionales y garantizar la calidad en todas las fases del proceso, desde la obtención de las materias primas hasta su comercialización, tanto de manera natural como envasada al vacío.
Además, en sus instalaciones cuentan con rigurosos controles de limpieza e higiene que garantizan su consumo. De hecho, forman parte de la Asociación de Fabricantes de Morcilla de Burgos (Afamor), Tierra de Sabor y Burgos Alimenta, sin duda unas asociaciones e instituciones que avalan estas afirmaciones.
La morcilla de Burgos se caracteriza por incorporar arroz extra, manteca de cerdo, pimentón, sal y cebolla horcal. Se adereza con especias para conseguir su sabor característico, principalmente pimienta y pimentón, pero también otras como el clavo, la canela, el orégano, el tomillo, o el anís. Una vez amasados todos los ingredientes, son embutidos en la tripa de vacuno. El último paso es la cocción.  
Sin duda, un excelente producto no solo por su inconfundible sabor, sino también por su alto contenido en hierro. Y para sus incondicionales nada mejor que Morcillas Tere, de excepcional calidad. Porque como dice el refrán: “comiendo pan y morcilla nadie tiene pesadilla”.

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